5 de enero - Recuperación en casa - Sólo Por Hoy
«Podemos disfrutar de nuestra familia de una manera nueva y convertimos en un motivo de orgullo en lugar de ser una vergüenza o una carga.»
Nos recuperamos de maravilla, ¿no? Asistimos todos los días a una reunión, pasamos todas las noches con nuestros compañeros de la confraternidad, y todos los fines de semana salimos de prisa para ir a alguna actividad de servicio. Pero si en casa las cosas se están desmoronando, a fin de cuentas no lo estamos haciendo tan maravillosamente que digamos.
Esperamos que nuestra familia lo comprenda. Después de todo, ya no consumimos drogas. ¿Por qué no reconocen nuestro progreso? ¿No comprenden la importancia de nuestras reuniones, nuestro servicio y nuestro compromiso con la confraternidad?
Nuestra familia no apreciará el cambio que NA produce en nuestra vida a menos que se lo mostremos. Si salimos con prisa hacia una reunión de la misma forma que salíamos para consumir drogas, ¿dónde está el cambio? Si continuamos ignorando las necesidades de nuestra pareja e hijos, sin asumir las responsabilidades en casa, no estamos «practicando estos principios en todos los aspectos de nuestra vida».
Debemos vivir el programa dondequiera que estemos, en todo lo que hagamos. Si queremos que la vida espiritual sea algo más que una teoría, debemos vivirla en casa. Cuando lo hacemos, las personas con las que compartimos nuestra vida sin duda notan el cambio y agradecen que hayamos encontrado NA.
Sólo por hoy: Llevaré mi recuperación a casa conmigo.
Texto Básico, pp. 120 - 121
Esperamos que nuestra familia lo comprenda. Después de todo, ya no consumimos drogas. ¿Por qué no reconocen nuestro progreso? ¿No comprenden la importancia de nuestras reuniones, nuestro servicio y nuestro compromiso con la confraternidad?
Nuestra familia no apreciará el cambio que NA produce en nuestra vida a menos que se lo mostremos. Si salimos con prisa hacia una reunión de la misma forma que salíamos para consumir drogas, ¿dónde está el cambio? Si continuamos ignorando las necesidades de nuestra pareja e hijos, sin asumir las responsabilidades en casa, no estamos «practicando estos principios en todos los aspectos de nuestra vida».
Debemos vivir el programa dondequiera que estemos, en todo lo que hagamos. Si queremos que la vida espiritual sea algo más que una teoría, debemos vivirla en casa. Cuando lo hacemos, las personas con las que compartimos nuestra vida sin duda notan el cambio y agradecen que hayamos encontrado NA.
Sólo por hoy: Llevaré mi recuperación a casa conmigo.