Sólo por hoy

«En nuestra recuperación descubrimos que es esencial aceptar la realidad. Una vez que podemos hacerlo, nos damos cuenta de que no es necesario consumir drogas para intentar cambiar nuestra percepción.» Texto Básico, p. 105 Las drogas solían amortiguar toda la fuerza de la vida. Cuando dejamos de consumir y empezamos la recuperación, nos enfrentamos directamente a la vida. Es posible que nos sintamos desilusionados, frustrados o enojados. Quizás las cosas no salgan como deseamos. El egocentrismo que cultivamos durante nuestra adicción ha distorsionado nuestra percepción de la vida; es difícil desprendernos de nuestras expectativas y aceptar la vida tal como es. Aprendemos a aceptar nuestra vida mediante el trabajo de los Doce Pasos de Narcóticos Anónimos. Descubrimos cómo cambiar nuestras actitudes y desprendernos de los defectos de carácter. Ya no tenemos que tergiversar la verdad ni huir de las situaciones. Cuanto más practicamos los principios espirituales cont

«Hemos sido expertos en autoengaños y excusas…» Texto Básico, p. 32 Cuando llegamos a nuestra primera reunión y oímos que debemos ser honestos, quizás pensemos: «Bueno, no debe ser muy difícil. Lo único que hay que hacer es parar de mentir». A algunos nos resulta fácil. Ya no tenemos que mentir a nuestro jefe por haber faltado al trabajo, ni a nuestra familia sobre dónde estuvimos anoche. Nos damos cuenta de que como no consumimos drogas, tenemos menos cosas sobre las que mentir. Es posible que algunos tengamos dificultades con este tipo de honestidad; pero aprender al menos a no mentir es sencillo: no se miente y listo, pase lo que pase. La mayoría - si tenemos valor, estamos decididos a practicarlo y contamos con el apoyo de nuestros compañeros de NA y la ayuda de nuestro Poder Superior - con el tiempo logramos este tipo de honestidad. Honestidad, sin embargo, significa mucho más que no mentir. El tipo de honestidad realmente indispensable en recuper

«Para algunos orar es pedir ayuda a Dios y meditar es escuchar su respuesta. […] Aquietar la mente mediante la meditación nos ayuda a lograr una paz interior que nos pone en contacto con el Dios que llevamos dentro.» Texto Básico, pp. 53 - 54 A muchos nos dijeron que tuviéramos paciencia cuando aprendiéramos a meditar.«Hace falta práctica para saber lo qué hay que "escuchar"». Nos alegra que alguien nos lo haya dicho, si no muchos hubiéramos abandonado la meditación al cabo de una o dos semanas. Es posible que las primeras semanas nos sentáramos cada mañana, aquietáramos nuestros pensamientos y «escucháramos», tal como dice el Texto Básico, pero «oímos»nada. Quizás hayan tenido que pasar algunas semanas más para que sucediera algo; e incluso entonces, apenas notábamos lo que pasaba. Salíamos de nuestra meditación matinal sintiéndonos un poco mej

«Sabemos que cuando perdemos la autoobsesión, podemos comprender qué significa la felicidad, la alegría y la libertad.» > > Texto Básico, p. 124 > > Las risas que se oyen en nuestras reuniones, a menudo sorprenden a los recién llegados. Como grupo, apreciamos el alivio que brinda la risa sana. Aunque tengamos problemas graves, la alegría que muchas veces hay en nuestras salas de reunión nos permite durante un rato divertirnos un poco con nuestra recuperación. A través del humor nos libramos temporalmente de nuestra autoobsesión. > > La vida tal cual es, a menudo es cualquier cosa menos divertida. Pero si tenemos cierto sentido del humor respecto a nosotros, resultan más soportables cosas que podrían ser agobiantes. ¿Cuántas veces nos hemos molestado por incidentes que, tomados con un poco de humor, no son tan intolerables? Si tomamos con humor una situación en la que algo o alguien nos fastidia, podemos ver las cosas desde una óptica más clara. La capaci

«Si enmendar directamente el daño causado resulta inseguro o peligroso para otras personas, quizás sea necesario enmendarlo indirectamente.» > > Texto Básico, p. 47 > > Cuando consumíamos, no permitíamos que nada se interpusiera a la siguiente dosis. Como consecuencia, no siempre sabíamos a quiénes exactamente habíamos hecho daño, tanto económicamente como emocionalmente. Cuando llegó el momento de hacer enmiendas en el Noveno Paso, vimos que tantas personas habían sido víctimas nuestras, que nunca nos acordaríamos de todas. > > Con la ayuda de nuestro padrino o madrina y otros miembros de NA en recuperación, encontramos la solución a este problema. Prometimos llevar a cabo estas enmiendas sin nombre cooperando con nuestra comunidad. Centramos nuestro esfuerzo en ayudar al adicto que todavía sufre. De esta manera encontramos una forma de hacer reparaciones a la sociedad. > > Hoy en día, con el amor y la orientación de los miembros de NA, en v

«Pedir ayuda es el comienzo de la lucha que nos liberará. Es la única manera de romper las cadenas que nos mantienen prisioneros.» > > Texto Básico, p. 80 > > Muchos llegamos a NA destrozados emocionalmente. Los años de usar a la gente y de permitir que nos usaran habían afectado nuestra capacidad de confiar en los demás y en nosotros mismos. Pero el amor y la aceptación que hallamos en Narcóticos Anónimos nos animó a pedir ayuda y a acercarnos a los demás. > > Cuanto más tiempo llevamos limpios, más deseamos una mayor intimidad con nuestros seres queridos. Empezamos a comunicarnos de manera más profunda y significativa, aunque puedan lastimarnos. A pesar de nuestro miedo al rechazo, decidimos correr el riesgo de mostrarnos y expresar nuestras opiniones y necesidades. Decidimos echar abajo nuestros muros de defensa. > > La libertad que conseguimos ha valido el riesgo. Sabemos que aún queda trabajo por hacer antes de vernos completamente libre

«Hay cosas que debemos aceptar, otras, por el contrario, podemos cambiarlas. > La sabiduría para reconocer la diferencia llega con el crecimiento en nuestro > programa espiritual.» Texto Básico, pp. 110 - 111 > > Es relativamente fácil aceptar lo que nos gusta; son las cosas que no nos gustan las que cuestan aceptar. Pero rehacer el mundo y a todos los que lo habitan a nuestro gusto, no resolvería nada. A fin de cuentas, la idea de culpar al mundo de todos nuestros problemas era la actitud que nos hacía consumir, y que casi nos mató. > > A medida que vamos trabajando los pasos, empezamos a hacernos preguntas difíciles sobre nuestra responsabilidad en crearnos la vida inaceptable que teníamos. En la mayoría de los casos, vemos que son nuestros actos y actitudes los que hacen falta cambiar, y no la gente, los lugares y las cosas que nos rodean. > > En recuperación, pedimos la sabiduría para reconocer la diferencia entre lo que podemos cambia

«Muchos nos aferramos a nuestros temores, dudas, aversión u odio hacia nosotros mismos porque hay cierta seguridad deformada en el dolor conocido. Parece más seguro apegarnos a lo conocido que soltarlo e ir en busca de lo desconocido.» > Texto Básico, p. 39 > A menudo oímos decir que «cuando el dolor de seguir igual es más grande que el de cambiar, cambiamos.» El miedo puede impedirnos crecer; miedo a terminar relaciones, cambiar de profesión, asistir a nuevas reuniones, empezar nuevas amistades o intentar cualquier cosa fuera de lo habitual. Mantenemos situaciones que ya no funcionan, sencillamente porque lo familiar parece más seguro que lo desconocido. > Cualquier cambio implica superar el miedo. «¿Y si me quedo solo para siempre?», quizás pensemos al considerar la idea de dejar nuestra pareja. «¿Y si descubro que soy un incompetente?», tal vez nos preguntemos ante la posibilidad de cambiar de profesión. Puede que nos resistamos a ir a reuniones nuevas porque tend

«Si cuidamos de nuestra condición espiritual a diario, vemos que es más fácil tratar con el dolor y la confusión.» Texto Básico, p. 111 Cuando empezamos a buscar un Poder más grande que nosotros, la mayoría nos quedamos atascados en viejas creencias e ideas, que iban del miedo a un Dios castigador y vengativo a no creer en nada. Algunos sentíamos que habíamos hecho cosas tan terribles que un Poder bondadoso nunca querría saber nada de nosotros. Otros estábamos convencidos de que las cosas «malas» que nos habían sucedido jamás habrían pasado de existir un Poder bondadoso. Hizo falta tiempo, esfuerzo, receptividad y fe para poder creer de manera práctica en un Poder Superior que nos guiara en medio de los desafíos de la vida. Nuestras viejas ideas pueden volver a obsesionarnos, incluso cuando ya creemos en un Poder más grande que nosotros. Las dificultades serias de la vida y la inseguridad que desatan este tipo de acontecimientos quizás provoquen una vuelta a nuestras viejas e i

«El programa obra milagros en nuestra vida. […] Nos convertimos en personas libres para vivir.» Texto Básico, p. 12 La mayoría, si hemos pasado un tiempo en el programa, habremos oído a algún miembro quejarse en una reunión de estar sobrecargado de trabajo, demasiado ocupado para ir a reuniones, apadrinar o hacer otras actividades. En realidad, a lo mejor fuimos nosotros quienes nos quejamos. Los días parecen tan llenos: trabajo, familia y amigos, reuniones, actividades, padrinazgo, trabajar los pasos. «El día no tiene suficientes horas para hacer todo y atender las exigencias de todos»,se queja algún miembro. Cuando se comparte algo así, por lo general otros miembros sonríen, probablemente los que pensaban protestar por lo mismo. La risa es producto de reconocer que nos estamos quejando por el milagro de la vida que tenemos hoy. No hace mucho, muy pocos éramos capaces de tener «alguno» de esos «problemas» en nuestras vidas. Dedicábamos toda nuestra energía a mantener nuestra a

«Sí, somos una visión de esperanza. » Texto Básico, p. 61 Cuando llegamos al final del camino, muchos habíamos perdido toda esperanza de vivir sin consumir drogas. Creíamos que estábamos condenados a morir de nuestra enfermedad. ¡Qué inspirador fue llegar a nuestra primera reunión y ver una sala llena de adictos que se mantenían limpios! Un adicto limpio es, efectivamente, una visión de esperanza. Hoy en día damos esa misma esperanza a otros. Los recién llegados ven una luz de alegría en nuestros ojos, notan cómo nos comportamos, nos escuchan hablar en las reuniones y a menudo desean lo que hemos encontrado. Creen en nosotros hasta que aprenden a creer en sí mismos. Los recién llegados oyen nuestro mensaje de esperanza. Tienen tendencia a idealizarnos. No siempre se dan cuenta de nuestra lucha con un defecto de carácter en particular o de

«A medida que nos recuperamos adquirimos una nueva perspectiva sobre el hecho de estar limpios. […] La vida puede convertirse en una aventura nueva.» Texto Básico, p. 106 La vida dedicada al consumo no es una vida limpia; nadie lo sabe mejor que nosotros. Algunos vivíamos en medio de la suciedad física, sin cuidar de nuestro entorno ni de nosotros; pero la forma en que la mayoría nos sentíamos por dentro era peor que cualquier mugre externa. Las cosas que hacíamos para conseguir drogas, la manera en que tratábamos a los demás y a nosotros mismos nos hacía sentir sucios. Muchos recordamos habernos despertado muchas mañanas deseando, por una vez, sentirnos limpios y tener una vida limpia. Hoy en día, al vivir limpios, tenemos la oportunidad de sentirnos limpios. Para los adictos, vivir limpios empieza con no consumir; a fin de cuentas en Narcóticos Anónimos éste es el uso principal que le damos a la palabra «limpio». Pero conforme nos mantenemos limpios y trabajamos y trabajamos

«Cuando por fin logramos apartar del camino nuestros motivos egoístas, empezamos a sentir una paz que nunca creímos posible. » Texto Básico, p. 52 A medida que examinemos nuestras creencias, acciones y motivaciones en recuperación, nos daremos cuenta de que a veces hacemos cosas por razones equivocadas. Puede que al principio de nuestra recuperación hayamos gastado mucho dinero en los demás o pasado mucho tiempo con gente, sólo para caer bien. Más adelante, quizás veamos que seguimos gastando dinero en los demás, pero nuestras motivaciones han cambiado. Lo hacemos porque nos caen bien. Tal vez solíamos empezar relaciones afectivas porque sentíamos un vacío dentro e intentábamos llenarlo a través de otra persona. Ahora, nuestras razones para establecer relaciones afectivas se basan en un deseo de compartir, en términos de igualdad, una vida gra

«Se despiertan sueños dormidos y surgen nuevas posibilidades.» Texto Básico, p. 106 La mayoría teníamos sueños cuando éramos más jóvenes. Sonábamos con una profesión dinámica, una familia grande y cariñosa o viajes al extranjero; pero los sueños murieron cuando la adicción tomó el control. Nuestro afán de drogas nos hizo abandonar todo lo que deseábamos. Nuestros sueños no pasaban de la siguiente droga y de la euforia que esperábamos que nos diera. Ahora, en recuperación, tenemos una razón para esperar que nuestros sueños perdidos puedan hacerse realidad. No importa la edad que tengamos, lo mucho que la adicción nos arrebató o lo inalcanzables que parezcan nuestros sueños, librarnos de la adicción activa nos da la posibilidad de ir en busca de nuestras ambiciones. Quizás descubramos que tenemos mucho talento para algo, o una afición que nos encanta, o que continuar nuestra educación puede darnos extraordinarias recompensas. Solíamos poner casi toda nue

«Este programa ofrece esperanza. Lo único que necesitas traer contigo es el deseo de dejar de consumir y buena voluntad para intentar una nueva forma de vivir. » IP Nº 16, Para el recién llegado De vez en cuando nos preguntamos si lo estamos «haciendo bien»en Narcóticos Anónimos. ¿Vamos a bastantes reuniones? ¿Usamos a nuestro padrino, trabajamos los pasos, hablamos, leemos o vivimos de la forma «correcta»? Valoramos tanto el cariño de los adictos en recuperación que no sabemos lo que haríamos sin ellos. ¿Qué pasa si practicamos nuestro programa de forma «equivocada»? ¿Somos «malos» miembros de NA por eso? Podemos poner fin a nuestras dudas si repasamos la Tercera Tradición que nos asegura que «el único requisito para ser miembro es el deseo de dejar de consumir». No hay ninguna regla que diga que debemos asistir a tal cantidad de reuniones, o a determinadas re

«Sólo por hoy confiaré en alguien de NA que crea en mí y quiera ayudarme   en mi recuperación.» Texto Básico, p. 116 No todos llegamos a NA y automáticamente nos mantenemos limpios. Pero si seguimos asistiendo, en Narcóticos Anónimos encontramos el apoyo necesario para nuestra recuperación. Resulta fácil mantenerse limpio cuando tenemos alguien que cree en nosotros aunque nosotros mismos no creamos. Hasta el recaedor más empedernido de NA por lo general tiene un apoyo constante que siempre está allí, pase lo que pase. Es necesario que encontremos a esa persona o a ese grupo que crea en nosotros. Cuando les preguntamos si alguna vez lograremos mantenernos limpios, siempre nos responden:«Sí, puedes y lo harás. ¡Sigue viniendo!» Todos necesitamos alguien que crea en nosotros, especialmente cuando nosotros no podemos hacerlo. Cuando recaemos, minamos nuestra ya quebrantada confianza en nosotros, a veces de manera tan terrible que empezamos a sentirnos comple

«Los Doce Pasos de Narcóticos Anónimos son un proceso de recuperación progresivo integrado en nuestra vida diaria. » Texto Básico, p. 115 Al cabo de un tiempo en recuperación, es posible que nos enfrentemos a lo que parecen problemas personales abrumadores, sentimientos de ira y desesperación. Cuando nos damos cuenta de lo que pasa, tal vez nos lamentemos: «Pero he trabajado tanto. Yo pensaba que estaba…» . ¿Recuperado, quizás? Ni por asomo. Oímos infinidad de veces que la recuperación es un proceso continuo y que nunca estamos curados. Sin embargo, a veces creemos que si trabajamos los pasos lo suficiente, rezamos bastante y vamos a muchas reuniones, con el tiempo… Bueno, quizás no nos curemos pero algo haremos. Y hacemos «algo». Nos recuperamos de la adicción activa. Por muchas cosas que hayamos resuelto mediante el proceso de los pasos, siempre habrá algo más. Lo que no recordábamos o no nos pareció importante en nuestro primer inventario, sin duda

«Practicar la honestidad es difícil, pero ofrece grandes recompensas. » Texto Básico, p. 111 ¡Qué difícil nos resulta ser honestos! Muchos llegamos a NA tan confundidos sobre lo que realmente había pasado en nuestra vida que tardamos meses y años en aclararlo. La historia que hemos contado no siempre es verdad. ¿Cómo podemos empezar a ser más sinceros? Para muchos, la forma más fácil para ser honestos es la oración. A veces nos resulta difícil decir toda la verdad a nuestros compañeros adictos. Estamos seguros de que si permitimos que los demás nos conozcan de verdad, no nos aceptarán. ¡Es duro tener que vivir a la altura de la imagen de ser los más «listos»del mundo que tantos de nosotros aparentábamos! En la oración, descubrimos la aceptación de nuestro Poder Superior que nos permite abrir el corazón sinceramente. Al practicar esta honestidad con el Dios que concebimos, muchas veces vemos que el efecto se trasmite a nuestras relaciones con los demás

"Nuestra impresión negativa sobre nosotros mismos ha sido reemplazada por una preocupación positiva por los demás." Texto Básico, p. 19 Difundir chismes alimenta un apetito oscuro en nosotros. A veces creemos que la única manera de sentirnos bien es hacer quedar mal a otro, comparándolo con nosotros. Pero el tipo de autoestima que se consigue a expensas de otra persona es vacía y no vale la pena. ¿Cómo tratamos entonces con el concepto negativo que tenemos de nosotros mismo? Lo reemplazamos por un interés positivo en los demás. En lugar de cobijarnos en nuestra baja autoestima, nos volvemos hacia quienes nos rodean e intentamos serles útiles. Quizás parezca una forma de evitar la cuestión, pero no lo es. Si nos amparamos en el bajo concepto que tenemos de nosotros, no podemos hacer nada más que cocernos en el caldo de la autocompasión. Pero si la reemplazamos por un interés activo y cariñoso en los demás, nos convertiremos en el tipo de persona digna

«… hacemos [nuestras enmiendas] lo mejor que podemos... » Texto Básico, p. 47 El Noveno Paso nos dice que hagamos enmiendas directas siempre que sea posible. Nuestra experiencia nos recomienda que a esas enmiendas directas les siga un cambio duradero de actitud y comportamiento, o sea, enmiendas indirectas . Por ejemplo, digamos que rompimos la ventana de alguien porque estábamos furiosos. Mirar conmovedoramente a esa persona a los ojos y disculparnos no sería suficiente. Enmendamos directamente nuestra falta admitiéndola y reemplazando el cristal; reparamos lo que hemos estropeado. Después, continuamos nuestras enmiendas directas con enmiendas indirectas . Si nos dejamos llevar por la ira y rompimos la ventana de alguien, examinamos nuestros patrones de conducta y nuestras actitudes. Después de arreglar la ventana rota, tratamos también de arreglar nuestra actitud rota, o sea de «enmendarnos». Modificamos nuestro comportamiento y hacemos un esfuerzo

«Queríamos una salida fácil. […] Cuando buscábamos ayuda lo único que queríamos era no sentir dolor. » Texto Básico, p. 5 Algo no funciona. En realidad, hace tiempo que algo anda mal y nos causa sufrimiento y complicaciones en nuestra vida. El problema es que, en un momento dado, siempre parece más fácil aguantar el dolor de nuestros defectos que someterse al cataclismo total que implica cambiar de forma de vida. Quizás deseemos librarnos del dolor, pero rara vez estamos dispuestos a hacer de verdad lo que haga falta para eliminar de nuestra vida aquello que lo origina. La mayoría no empezamos a intentar recuperarnos de la adicción hasta que estamos «hartos de estar hartos». Lo mismo es válido para los insidiosos defectos de carácter que cargamos a lo largo de la vida. Sólo cuando no podemos soportar nuestros defectos ni un minuto más, cuando sabemos que el dolor de cambiar no puede

«No hace falta que estemos limpios cuando llegamos, pero después de la primera reunión sugerimos a los nuevos que sigan viniendo y que lo hagan limpios. No hay que esperar una sobredosis o una condena para recibir la ayuda de Narcóticos Anónimos.» Texto Básico, p. 12 Muy pocos llegamos a NA rebosantes de buena voluntad. Algunos estamos aquí por orden judicial. Otros hemos venido para salvar a nuestra familia. Otros, haciendo un esfuerzo por rescatar una carrera que se tambalea al borde de la ruina. No importa por qué estamos aquí, lo importante es que estamos. Hemos oído decir que «si traemos el cuerpo, la mente lo seguirá». Puede que asistamos a las reuniones con ganas de buscar bronca, que seamos uno de esos que se sientan al fondo con los brazos cruzados y miran amenazadoramente a cualquiera que se le acerca. Quizás nos vayamos antes de la oración final. Pero si seguimos asistiendo, veremos que nuestra mente empieza a abrirse. Comenzamos a bajar la guardia y a escuchar de v

«Vivimos día a día, pero también de momento en momento. Cuando dejamos de vivir en el aquí y el ahora, nuestros problemas se magnifican de manera exagerada.»  Texto Básico, p. 115 A menudo parece demasiado complicado entender la vida, especialmente para aquéllos que la hemos esquivado durante tanto tiempo. Cuando dejamos de consumir drogas, muchos nos enfrentamos cara a cara con un mundo confuso, aterrador incluso. Mirar de repente la vida y todos sus pormenores, quizás resulte agobiante. Tal vez pensemos que, después de todo, no podemos con ella y es inútil hacer la prueba. Estas ideas se alimentan solas, y muy pronto la supuesta complejidad de la vida nos paraliza. Felizmente, no tenemos que arreglar todo a la vez. Resolver un solo problema parece posible, por lo tanto lo hacemos de uno en uno. Nos ocupamos de cada momento a medida que llega, y luego del siguiente. Aprendemos a mantenernos limpios sólo por hoy, y afrontamos nuestros problemas de la misma forma. Vivir la vi