«La única forma de conservar lo que tenemos es a través de la vigilancia...» Texto Básico, p. 69 ¿Cómo nos mantenemos vigilantes respecto a nuestra recuperación? Primero, reconocemos que tenemos una enfermedad que tendremos siempre. Independientemente del tiempo que llevemos limpios, de lo mucho que haya mejorado nuestra vida, del alcance de nuestro alivio espiritual, seguimos siendo adictos. Nuestra enfermedad espera pacientemente, lista para hacer saltar la trampa si le damos la oportunidad. La vigilancia es un logro diario. Procuramos estar constantemente alertas, listos para ocuparnos de los signos de malestar. No se trata de que debamos vivir con miedo irracional de que algo horrible se apodere de nosotros si bajamos la guardia un instante; sólo tomamos las precauciones normales. La oración diaria, la asistencia regular a las reuniones y no comprometer los principios espirituales para elegir el camino más fácil son actos de vigilancia. Hacemos un inventario cu