2 de febrero - Buena voluntad - Sólo Por Hoy
Texto Básico, p. VII
El núcleo espiritual de nuestra enfermedad es el egocentrismo. La única razón para tratar con los demás era el egoísmo que nos enseñaba nuestra adicción: queríamos lo que queríamos en el momento que lo queríamos. La obsesión con uno mismo estaba arraigada en el mismísimo terreno de nuestra vida. ¿Como arrancamos la autoobesión en recuperación?
Al aplicar algunos principios espirituales muy sencillos invertimos los efectos de nuestra enfermedad. Aprendemos a aplicar el principio de buena voluntad para contrarrestar el egocentrismo de nuestra adicción. En lugar de intentar servirnos sólo a nosotros mismos, empezamos a servir a los demás. En vez de pensar sólo en lo que podemos sacar de una situación, aprendemos a pensar primero en el bienestar de otros. Cuando nos enfrentamos a una decisión moral, aprendemos a parar, recordar los principios espirituales y actuar apropiadamente.
A medida que empezamos a «hacer lo correcto por el motivo correcto» detectamos un cambio en nosotros. Donde antes nos regía la terquedad, ahora nos guía la buena voluntad hacia los demás. El egocentrismo crónico de la adicción pierde poder sobre nosotros. Aprendemos a «practicar estos principios en todos los aspectos de nuestra vida»; estamos viviendo recuperación, no nuestra enfermedad.
Sólo por hoy: Donde quiera que esté y haga lo que haga, trataré de servir a los demás, no sólo a mí mismo. Cuando me enfrente a una disyuntiva, trataré de hacer lo correcto por el motivo correcto.