23 de marzo - Regalos de Dios - Sólo Por Hoy

«Hacemos el trabajo que nos toca y aceptamos lo que desinteresadamente  recibimos a diario.»

                                                                                                    Texto Básico, p. 54 


Nuestra relación con un Poder Superior es una calle de doble dirección. Durante la oración, hablamos y Dios escucha. Durante la meditación, ponemos todo de nuestra parte para oír la voluntad de nuestro Poder Superior. Sabemos que somos responsables de nuestro papel en la relación. Si no rezamos ni escuchamos, dejamos fuera de nuestra vida al Poder Superior.

Cuando pensamos en la relación con nuestro Poder Superior, es importante que recordemos que nosotros somos la parte impotente. Podemos pedir orientación, buena voluntad, fortaleza o sabiduría para conocer su voluntad, pero no podemos hacerle exigencias. El Dios que concebimos  - aquél que posee el poder -  llenará esa mitad de la relación exactamente con lo que necesitamos y cuando lo necesitemos.

Todos los días tenemos que tomar medidas para mantener viva nuestra relación con un Poder Superior. Una de las formas es aplicar el Undécimo Paso. Después, recordamos nuestra impotencia y aceptamos la voluntad de un Poder más grande que nosotros.


Sólo por hoy: En la relación con mi Poder Superior, soy la parte impotente. Hoy, sin olvidar quién soy, aceptaré humildemente los regalos del Dios que yo concibo.

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