5 de marzo - Del despertar brusco al despertar espiritual - Sólo Por Hoy

«Cuando surge la necesidad de admitir nuestra impotencia, puede que primero busquemos las maneras de oponernos. Cuando agotamos estos intentos, empezamos a compartir con los demás y hallamos esperanza.»

Texto Básico, p. 95

A veces, en las reuniones oímos que «los despertares bruscos conducen a los despertares espirituales». ¿Qué tipo de despertares bruscos tenemos en recuperación? Quizás cuando una parte indeseable de nuestro comportamiento, que creíamos bien escondida, aparece de nuevo para que todo el mundo la vea. O tal vez nuestro padrino nos provoque un despertar de este tipo cuando nos informe que si esperamos mantenernos limpios y recuperarnos, debemos trabajar los pasos como todos lo demás.

La mayoría detestamos que nos arranquen las mantas; no nos gusta quedarnos desnudos delante de todos, pero es una experiencia que genera una dosis de humildad. Generalmente, nuestra primera reacción ante el hecho de quedar expuestos es de conmoción y enojo, no obstante, reconocemos la verdad cuando la oímos. Se trata de un despertar brusco.

Estos despertares muchas veces sacan a la luz barreras que nos impiden hacer progresos espirituales en nuestra recuperación. Una ves que estas barreras quedan al descubierto, podemos trabajar los pasos para empezar a eliminarlas de nuestra vida.

Comenzamos a experimentar el alivio y la serenidad que anuncian un renovado despertar del espíritu.

Sólo por hoy: Reconoceré los despertares bruscos que tenga como oportunidades para avanzar hacia un despertar espiritual.

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