30 de abril - Dios hace por nosotros - Sólo por hoy
«La recuperación continuada depende de nuestra relación con un Dios bondadoso que nos cuida y haga por nosotros lo que sabemos que es imposible que hagamos por nuestra cuenta.»
Texto Básico, p. 112
¿Cuántas veces hemos oído en las reuniones que «Dios hace por nosotros lo que no podemos hacer por nuestra cuenta»? A veces es posible que nos quedemos estancados en nuestra recuperación, incapaces o temerosos de tomar las decisiones que sabemos que debemos tomar para avanzar, o reacios a hacerlo. Quizás no podamos terminar una relación que simplemente no funciona. O tal vez nuestro trabajo se haya convertido en fuente de exagerados conflictos. O a lo mejor sentimos que nos hace falta un nuevo padrino o madrina pero tenemos miedo de empezar la búsqueda. Por la gracia de nuestro Poder Superior, quizás ocurra un cambio inesperado precisamente en el área que nos sentimos incapaces de modificar.
A veces nos permitimos seguir estancados en el problema en lugar de avanzar hacia la solución. En esos momentos, muchas veces descubrimos que nuestro Poder Superior hace por nosotros lo que no podemos hacer por nuestra cuenta. Quizás nuestra pareja decide terminar la relación, o nos echan del trabajo, o nuestro padrino o madrina nos dice que no puede seguir trabajando con nosotros y nos obliga a buscar otro.
A veces, lo que sucede en nuestra vida puede asustar, como a menudo pasa con los cambios. Pero también hemos oído que «Dios nunca cierra una puerta sin abrir otra». La fortaleza de nuestro Poder Superior nunca está lejos cuando avanzamos con fe. Nuestra recuperación se ve reforzada por estos cambios.