16 de julio - Autoestima - Sólo Por Hoy
«Muy dentro de mí, me sentía inútil e inferior.»
En algún punto del camino, muchos desarrollamos fuertes sentimientos de inutilidad e inferioridad. En lo profundo de nosotros había una voz que gritaba continuamente: «¡No vales nada!» Muchos de nosotros aprendemos a reconocer esta característica de falta de autoestima muy al principio de la recuperación. Algunos quizás sintamos que con estos sentimientos de inferioridad comenzaron todos nuestros problemas.
Hayamos aprendido o no esta falta de autoestima de nuestra familia o en nuestra interacción con los demás, en NA descubrimos las herramientas para reformarnos. Para reconstruir nuestra fracturada autoestima, a veces sencillamente comenzamos por aceptar un puesto de servicio. Quizás nuestro teléfono empieza a sonar, y, por primera vez, vemos que la gente nos llama para preguntarnos cómo estamos. No quieren nada de nosotros, sólo establecer contacto y ayudar.
Después encontramos padrino o madrina, alguien que nos enseña que somos valiosos y cree en nosotros hasta que podamos aprender a creer en nosotros mismos. Nuestro padrino o madrina nos guía por los Doce Pasos, a través de los cuales aprendemos quiénes somos en realidad, no quienes creíamos ser subestimándonos o sobrestimándonos.
La baja autoestima no desaparece de la noche a la mañana. A veces tardamos años en ponernos realmente en contacto con nosotros mismos. Pero con la ayuda de otros miembros de NA que comparten los mismos sentimientos y con la práctica de los Doce Pasos, nos convertimos en individuos dignos del respeto de los demás, y, lo más importante, del propio.
Sólo por hoy: Recordaré que merezco el amor de mi Poder Superior. Sé que soy un ser humano valioso.
Texto Básico, p. 112
En algún punto del camino, muchos desarrollamos fuertes sentimientos de inutilidad e inferioridad. En lo profundo de nosotros había una voz que gritaba continuamente: «¡No vales nada!» Muchos de nosotros aprendemos a reconocer esta característica de falta de autoestima muy al principio de la recuperación. Algunos quizás sintamos que con estos sentimientos de inferioridad comenzaron todos nuestros problemas.
Hayamos aprendido o no esta falta de autoestima de nuestra familia o en nuestra interacción con los demás, en NA descubrimos las herramientas para reformarnos. Para reconstruir nuestra fracturada autoestima, a veces sencillamente comenzamos por aceptar un puesto de servicio. Quizás nuestro teléfono empieza a sonar, y, por primera vez, vemos que la gente nos llama para preguntarnos cómo estamos. No quieren nada de nosotros, sólo establecer contacto y ayudar.
Después encontramos padrino o madrina, alguien que nos enseña que somos valiosos y cree en nosotros hasta que podamos aprender a creer en nosotros mismos. Nuestro padrino o madrina nos guía por los Doce Pasos, a través de los cuales aprendemos quiénes somos en realidad, no quienes creíamos ser subestimándonos o sobrestimándonos.
La baja autoestima no desaparece de la noche a la mañana. A veces tardamos años en ponernos realmente en contacto con nosotros mismos. Pero con la ayuda de otros miembros de NA que comparten los mismos sentimientos y con la práctica de los Doce Pasos, nos convertimos en individuos dignos del respeto de los demás, y, lo más importante, del propio.
Sólo por hoy: Recordaré que merezco el amor de mi Poder Superior. Sé que soy un ser humano valioso.