20 de agosto - Enfrentarse a la muerte - Sólo Por Hoy

«A veces, en recuperación, tenemos que enfrentarnos a algún tipo de crisis, como la muerte de un ser querido...»

Texto Básico, p. 115

Toda vida tiene un principio y un fin. Sin embargo, cuando la vida de alguien a quien queremos mucho llega a su fin, es posible que nos cueste aceptar esa ausencia repentina y final. Quizás nuestro dolor sea tan intenso que temamos que nos abrume por completo..., pero no será así. Tal vez nos sintamos más apenados que nunca, pero pasará.

No tenemos que huir de las emociones que la muerte de un ser querido provoquen. La muerte y el dolor forman parte de vivir plenamente «la vida tal cual es». Si nos damos la libertad de experimentar estos sentimientos, participamos en nuestra recuperación y en nuestra naturaleza humana más profundamente.
A veces la muerte de otra persona nos recalca nuestra propia mortalidad. Reevaluamos nuestras prioridades y apreciamos aún más a los seres queridos que todavía están con nosotros. Nuestra vida, y nuestra vida con ellos, no durará eternamente. Queremos sacar el máximo provecho de lo más importante mientras dure.

Quizás descubramos que la muerte de un ser amado nos ayuda a fortalecer nuestro contacto consciente con un Poder Superior. Si recordamos que cuando estamos afligidos siempre podemos recurrir a esa fuente de fortaleza, podremos mantenernos centrados en ella, independientemente de lo que suceda a nuestro alrededor.

Sólo por hoy: Aceptaré la pérdida de un ser querido y recurriré a mi Poder Superior en busca de fortaleza para aceptar mis sentimientos. Daré todo el amor que pueda a quienes están hoy en mi vida.

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