13 Octubre - CAMBIAR LAS COSAS - Sólo Por Hoy
"No se puede describir con palabras la conciencia espiritual que obtenemos al dar algo, por pequeño que sea, a otra persona."
A veces parece que las cosas van tan mal en el mundo que mejor olvidamos de intentar cambiar algo. "Después de todo -pensamos- ¿qué demonios puedo hacer? No soy más que una persona." Tanto si nuestro interés es tan amplio como para desear la paz mundial, o tan personal como para querer sencillamente que la recuperación esté al alcance de todos los adictos que la deseen, la tarea parece abrumadora. "Tanto trabajo y tan poco tiempo", suspiramos a veces mientras nos preguntamos cómo podríamos hacer algo bueno.
Es sorprendente, pero los aportes más pequeños pueden cambiar mucho las cosas. Lograr que la vida sea algo más que una existencia corriente y tediosa, requiere muy poco esfuerzo de nuestra parte. Cuando le levantamos el ánimo aunque sea a una persona, la profunda satisfacción que experimentamos también nos transforma a nosotros. Cuando sonreímos a alguien que está con el ceño fruncido, cuando cedemos el paso en la carretera, cuando llamamos a un recién llegado sólo para decirle que nos interesa, entramos en el reino de lo extraordinario.
¿Quieres cambiar el mundo? Empieza con el adicto que tienes sentado a tu lado esta noche, y luego imagina ese acto de bondad multiplicado. De persona en persona, cada uno de nosotros cambia las cosas.
SÓLO POR HOY: Un acto de bondad no me cuesta nada, pero no tiene precio para quien lo recibe. Hoy sereamable con alguien.
Texto básico, p. 121
A veces parece que las cosas van tan mal en el mundo que mejor olvidamos de intentar cambiar algo. "Después de todo -pensamos- ¿qué demonios puedo hacer? No soy más que una persona." Tanto si nuestro interés es tan amplio como para desear la paz mundial, o tan personal como para querer sencillamente que la recuperación esté al alcance de todos los adictos que la deseen, la tarea parece abrumadora. "Tanto trabajo y tan poco tiempo", suspiramos a veces mientras nos preguntamos cómo podríamos hacer algo bueno.
Es sorprendente, pero los aportes más pequeños pueden cambiar mucho las cosas. Lograr que la vida sea algo más que una existencia corriente y tediosa, requiere muy poco esfuerzo de nuestra parte. Cuando le levantamos el ánimo aunque sea a una persona, la profunda satisfacción que experimentamos también nos transforma a nosotros. Cuando sonreímos a alguien que está con el ceño fruncido, cuando cedemos el paso en la carretera, cuando llamamos a un recién llegado sólo para decirle que nos interesa, entramos en el reino de lo extraordinario.
¿Quieres cambiar el mundo? Empieza con el adicto que tienes sentado a tu lado esta noche, y luego imagina ese acto de bondad multiplicado. De persona en persona, cada uno de nosotros cambia las cosas.
SÓLO POR HOY: Un acto de bondad no me cuesta nada, pero no tiene precio para quien lo recibe. Hoy sereamable con alguien.