12 Octubre - TENER RAZÓN - Sólo Por Hoy
"Cuando admitimos que nuestras vidas se han vuelto ingobernables, ya no tenemos que defender nuestro punto de vista. (...) Ya no tenemos que tener razón a toda costa."
Nada nos aísla más rápidamente del cariño y la camaradería de nuestros compañeros de NA que tener que "tener razón". Como somos inseguros, fingimos ser algún tipo de figura de autoridad. Como sufrimos de poca autoestima, tratamos de elevarnos rebajando a los demás. Tales tácitas, en el mejor de los casos, alejan a los demás; y en el peor, provocan ataques. Cuando más tratamos de impresionar a los demás con nuestra "razón", más nos equivocamos.
No tenemos que tener "razón" para sentirnos seguros; no tenemos que pretender que sabemos todas las respuestas para que los demás nos quieran y respeten. De hecho, la verdad es precisamente lo contrario. Ninguno de nosotros tiene todas las respuestas. Dependemos unos de otros para ayudarnos a cubrir los vacíos de nuestra comprensión de las cosas, y dependemos de un Poder superior al nuestro para suplir nuestra impotencia personal. Vivimos cómodamente con los demás cuando brindamos lo que sabemos, admitimos lo que no sabemos e intentamos aprender de nuestros semejantes. Vivimos seguros de nosotros mismos cuando dejamos de depender de nuestro propio poder y empezamos a depender del Dios en el que hemos llegado a concebir en recuperación.
No tenemos que tener "razón" todo el tiempo, sino sólo recuperarnos.
SÓLO POR HOY: Dios admito mi impotencia y la ingobernabilidad de mi vida. Ayúdame a vivir con los demás como iguales, dependiendo de ti para que me orientes y me des fuerzas.
Texto Básico, p. 67
Nada nos aísla más rápidamente del cariño y la camaradería de nuestros compañeros de NA que tener que "tener razón". Como somos inseguros, fingimos ser algún tipo de figura de autoridad. Como sufrimos de poca autoestima, tratamos de elevarnos rebajando a los demás. Tales tácitas, en el mejor de los casos, alejan a los demás; y en el peor, provocan ataques. Cuando más tratamos de impresionar a los demás con nuestra "razón", más nos equivocamos.
No tenemos que tener "razón" para sentirnos seguros; no tenemos que pretender que sabemos todas las respuestas para que los demás nos quieran y respeten. De hecho, la verdad es precisamente lo contrario. Ninguno de nosotros tiene todas las respuestas. Dependemos unos de otros para ayudarnos a cubrir los vacíos de nuestra comprensión de las cosas, y dependemos de un Poder superior al nuestro para suplir nuestra impotencia personal. Vivimos cómodamente con los demás cuando brindamos lo que sabemos, admitimos lo que no sabemos e intentamos aprender de nuestros semejantes. Vivimos seguros de nosotros mismos cuando dejamos de depender de nuestro propio poder y empezamos a depender del Dios en el que hemos llegado a concebir en recuperación.
No tenemos que tener "razón" todo el tiempo, sino sólo recuperarnos.
SÓLO POR HOY: Dios admito mi impotencia y la ingobernabilidad de mi vida. Ayúdame a vivir con los demás como iguales, dependiendo de ti para que me orientes y me des fuerzas.